viernes, 8 de enero de 2010

"Radiándose" en el aeropuerto


La polémica está servida. Tras el fallido atentado en el avión destino Detroit de hace unos días, en varios países se postula la sustitución de los antiguos escáneres por otros nuevos que permiten "ver más y mejor". Aparte del tema de que a uno se le puede ver "en cueros", lo que puede resultar más preocupante es el tema de la radiación.

Aunque se insiste en que esta radiación sería absolutamente ínfima, debería tenerse en cuenta que, sobre todo por motivos laborales, hay personas que vuelan con una muy elevada frecuencia a lo largo del año. ¿Cómo de pequeña es esta radiación, teniendo en cuenta que podría acumularse debido a la realización de frecuentes viajes en avión? ¿Existe realmente un riesgo?

Por ahora, desafortunadamente, no tenemos todos los datos. El problema sería que esos datos nunca se tuvieran, en aras de una "mayor seguridad", y se ocultara un potencial riesgo de estos nuevos métodos de detección. Eso sí, decir que a priori sí parece que efectivamente esta dosis de radiación sería ridícula (tampoco caigamos en la histeria colectiva), pero como todo lo que afecta potencialmente a la salud, debería ser confirmado.

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