viernes, 1 de marzo de 2013

Basta ya de demagogia con los fármacos oncológicos

Sé que, en ocasiones, tengo tendencia a repetirme, pero es que la situación cada día está peor. En resumen, aunque un fármaco oncológico esté aprobado, es más que probable que en un hospital pueda utilizarse libremente y en el de enfrente su uso esté prohibido. ¿Por quién? Por la farmacia, por la genrecia o por ambos. Sí, esas personas que no ven pacientes pero deciden, a su libre albedrío, qué tenemos que utilizar los que sí vemos pacientes.

Es un contexto kafkiano, que difícilmente es entendible, salvo desde el punto de vista economicista puro y duro. Un tratamiento aprobado debe poder ser utilizado de forma equitativa en todo el territorio nacional, que para eso pagamos a los "gestores" que deciden estas cosas. Pero a día de hoy sucede a la inversa, en cada hospital se toman decisiones motivadas por el gasto farmacéutico a corto plazo para decidir qué fármacos se pautan y cuáles no.

Tras meses-años mareando la perdiz, finalmente la Sociedad Española de Oncología Médica se ha pronunciado claramente sobre este tema, para que nadie diga que esto sucede "sólo de forma muy puntual" o que, directamente, no ocurre. Puies sí, señores, ocurre y todos los días. Vivimos en un sistema de salud profundamente injusto para el paciente oncológico, que no puede acceder a fármacos aprobados por la obsesión de ahorro de un gerente.

Para acabar, recordemos que en España, en torno al 26-27% de las muertes se deben al cáncer. Sin embargo, el gasto en fármacos oncológicos es sólo un 7% del total de gasto en medicamentos, y éste a su vez supone apenas un 20% del gasto sanitario total. ¿De verdad es el gasto en fármacos contra el cáncer el responsable del "colapso sanitario"? Los números cantan, y está claro que ni mucho menos. Ya va siendo hora de que todos hablemos claro.