lunes, 8 de octubre de 2012

¿Qué significa ahorrar?

Ésta es la pregunta que me ha venido a la cabeza al leer este artículo de hace unas semanas, en el cual el SAS parece congratularse por haber "ahorrado" 22 millones de euros en gastos de personal debido a la reducción de contrataciones durante este pasado verano. Es decir, dado que se contrataron menos suplencias y refuerzos en verano, ese dinero se ha dejado de gastar en sueldos de profesionales sanitarios.

Vayamos por partes. Por un lado, y me consta porque lo sé por casos personales concretos, mucha gente simplemente no ha tenido la posibilidad de irse de vacaciones en verano; en la mayoría de los casos porque, desde su propio servicio, dado que no iban a poder contratar gente para suplir estas vacaciones, se les ha "sugerido" que mejor lo dejen para más adelante... Creo yo que después de un año trabajando (y mucho, y no siempre en las condiciones más ideales) los profesionales merecemos coger vacaciones en un periodo acorde con la tan manida conciliación familiar y demás, vamos, en verano, para no dar más rodeos. Pero otros, desde su chalecito en la playa, parace que no han pensado lo mismo.

Por otro lado, es evidente que si no se contrata gente, los servicios y centros de salud tendrán que funcionar igual con menos gente. Vamos, que los pacientes no desaparecen por arte de magia el 1 de julio, y menos en zonas eminentemente turísticas. Por lo tanto, este "ahorro" sólo ha servido para trabajar peor, más sobrecargado, y por lo tanto con una mayor probabilidad de error. Error que pagará el paciente directamente en sus carnes, influyendo en su salud. Pero ese mismo gerifalte, copita en mano, ha pensado que esto tampoco es tan importante.

No olvidemos que, y todos lo sabemos, en situaciones de sobrecarga lo más fácil es tirar por la "calle de enmedio": vamos, que si la urgencia está sobrecargada y encuentro una cama libre en una planta de mi hospital, allá que va el paciente aunque su causa de ingreso esté un poco cogida por los pelos. O si mi consulta está doblada y hasta los topes, a poco que me cuente la pobre señora que tengo delante la mando para urgencias, ya que no tengo tiempo material para intentar solucionar su problema aquí y ahora. Esto todos lo hemos hecho en alguna ocasión (más de las deseables), así que los defensores de la medicina ideal y demás cuentos de hadas, por favor, absténgase de críticas del tipo "pues yo eso ni lo hecho ni lo haré". Simplemente, no cuela.

Por supuesto, esto es sólo mi opinión, única e intransferible. Pero que no me vendan como un gran logro este "ahorro", porque tras él se esconde mucho sufrimiento y muchas cosas mal hechas, no engañemos.