La moda de las pulseras Power Balance recuerda a otras de hace años, como la de las pulseras magnéticas o la de los imantadores de agua. Varios famosetes han lucido este artilugio en sus muñecas, con lo que supone de publicidad gratuita (o tal vez no tan "gratuita").
Sin embargo, parece que esta vez Sanidad ha reaccionado con mayor celeridad que en otras ocasiones. Advierte de que no se trata de un producto "sanitario", de que utiliza publicidad potencialmente engañosa, y de que los beneficios que promete no está debidamente acreditados.
Nuevamente, no se trata de prohibir su venta, dado que tampoco se trata de un producto nocivo. Simplemente, se debe alertar acerca de que no hay base sólida para argumentar las propiedades con las que se anuncia. Eso sí, nunca se debe menospreciar el poder del efecto placebo...
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