Vuelvo con la actividad del blog para comentar la reforma laboral que ha sido recientemente aprobada, y que tampoco es que esté causando demasiado ruido, algo relativamente sorprendente teniendo en cuenta lo que se han sacado de la manga en relación con los contratos temporales.
La verdad es que la justificación es de traca. "Prefiero un trabajador con un contrato temporal antes que un parado". Y con esta patraña se basta y se sobra para justificar este fraude de ley, que no es otro que permitir encadenar hasta el infinito sucesivos contratos temporales. Si un contrato es temporal, su propio nombre lo dice, es temporal y punto. El usar los contratos temporales para cubrir necesidades permanentes de una organización es un fraude con todas las letras. Lo único que consigue es despreocuparse de los gastos de despido, así como tener suficientemente acojonado al trabajador para que sepa que, si rechista, no se le renueva y ya vendrá otro.
¿Así queremos fomentar la estabilidad laboral? Cada día, con cada nueva ley que unos y otros se inventan, estamos más cerca de la esclavitud. Sigamos dando facilidades y al final todos los contratos serán temporales, sin indemnización, y encima dando las gracias. Es lo que tiene plantear una medida y la contraria en menos de un año, que se nota que el que manda no sabe muy bien a dónde quiere dirigirse.
Señores, las cosas hay que hacerlas bien, no "medio bien". Si quieren aumentar la temporalidad para que les salgan mejor los "numeritos" del paro, díganlo y punto. Pero no nos tomen por tontos.
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