Ahora que en este tiempo de "crisis", con todas las medidas que se están imponiendo dentro del ámbito sanitario, está tan de moda la palabra "equidad", no parece que estemos muy cerca de conseguirla. Al menos en el acceso a los fármacos oncológicos.
Si alguien me puede explicar esta situación, se lo agradecería. Resulta que la Agencia Española del Medicamento aprueba un nuevo fármaco oncológico, a un precio concreto, porque estima que a dicho precio lo que aporta es suficiente como para que sea aprobado. En otras palabras, hay gente a la que la pagan para que tome esta clase de decisiones.
Sin embargo, cada hospital hace de su capa un sayo y decide si en su Guía Farmacoterapéutica se incluye o no dicho fármaco. No estamos hablando de 20 hipotensores distintos, de los cuales se escoge sólo a algunos para su inclusión en la Guía. Estamos hablando de fármacos aprobados para indicaciones concretas, en las que no existe otra alternativa aprobada. Pero cada Comisión de Farmacia, en la que podemos encontrar personajes de lo más variopinto (jefes de servicio que hace años que no ven pacientes, gerentes obsesionados con el gasto, jefes de farmacia que no atienden a razones de eficacia científica...), decide lo que le apetece, básicamente. Por muy políticamente incorrecto que esto suene, es la realidad.
Y con esto, llegamos a la situación de que en un hospital no está disponible un fármaco, pero sí en el de enfrente. Por lo tanto, no todos los pacientes tienen el mismo acceso a los fármacos oncológicos. Parece que hay "nichos" de inequidad (o nichos de poder, según se vea) que no nos interesa tanto corregir.
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