Ya pasó el día de la tan famosa huelga, con más pena que gloria, la verdad. Salvo en los lugares donde pudo más la intimidación mafiosa e ilegal de los sindicatos, es de justicia reconocer por todas las partes que el seguimiento fue más bien escaso. Desde luego, en todo mi círculo personal, tanto sanitario como no sanitario, prácticamente nadie hizo huelga.
Llegarán las guerras de cifras, aunque parece que el gobierno va a renunciar a emitir una cifra concreta de porcentaje de seguimiento de la huelga. Lo que no se creen ni ellos es el dato de seguimiento de en torno al 80% que pregonan los sindicatos. Tan alejados está de la realidad o tanto nos quieren engañar que, directamente, mienten a sabiendas con tal de no perder su "corralito" de poder.
Y todo, ¿para qué? Pues para lo que ya se sabía, para poca cosa. La reforma laboral no se va a revocar, ni mucho menos. La vida sigue, algunos sindicalistas se habrán divertido mucho, pero poco más. Los hospitales funcionaron a pleno rendimiento, la gran mayoría de los comercios abrieron, el metro de Madrid funcionó exactamente igual que todos los días... Insisto, sólo cerraron los amenazados. Y que no nos intenten convencer de otras historias.